Por: Edilma Jaramillo Flórez.
Leyendo CONVERSACIONES CON DIOS del autor NEAL DONALD WALSCH en su segundo tomo, quien en la pág. 133 se refiere a la educación ideal (aquellos que han tenido el privilegio de leerlo sabrán que según el autor, Dios se adentró en su mente y le respondió un sinfín de interrogantes que le apesadumbraban en momentos de infinita angustia). Dios menciona o trae a colación un ejemplo o modelo de lo que debería ser la educación en nuestro tiempo; evoca el nombre de un personaje: RUDOLPH STEINER, autor y creador de la ANTROPOSOFIA: filosofía fundada a principios de siglo XX quien postula la existencia de un mundo espiritual objetivo, intelectualmente comprensible, accesible a la experiencia humana. El aporte más grande de Steiner lo basa en su método Waldorf: modelo educativo, basado en la antroposofía (sabiduría del hombre) en el que prima la libertad y la creatividad a la hora de formar adultos capaces de desarrollar el pensamiento libre, altruista y autónomo. Recordé al profesor Guillermo en la escuela Pedro José Rivera, en una de las reuniones de padres, después de un largo discurso dijo: “puede que mis alumnos a final del año no terminen siendo excelentes matemáticos o grandes expertos en ciencias, geografía… pero si les aseguro que van a ser mejores seres humanos”. Tal vez aquel profesor de primaria visionó aquello que la antroposofía intentó promulgar y expandir a las nuevas generaciones, que a mi modo de ver no se está aplicando en la educación actual en donde abolieron el pensum de ética y moral, que en generaciones pasadas al menos llevaron a la práctica un intento positivo para educar hombres de bien. Voy a evocar un tema de Facundo Cabral que lleva por título VUELE BAJO: “no crezca mi niño, no crezca jamás/ los grandes al mundo le hacen mucho mal/el hombre ambiciona, cada día más/y pierde el camino por querer volar/. Vuele bajo, porque abajo, está la verdad/ esto es algo, que los hombres, no aprenden jamás/. Siempre he pensado que a medida que los hijos crecen, también los problemas se hacen grandes.