Por: Fabián Osorio Mosquera
Hay un momento en la historia de las cosas simples que se convierte en un capítulo trascendental, en un hito que marca no el fin, sino una evolución. Hoy, este periódico que ha sido testigo y narrador de nuestras historias da un paso hacia adelante, dejando atrás el aroma del papel recién impreso para habitar en el vasto y vibrante universo digital. Pensar en este cambio es también recordar nuestra esencia como humanidad. En “El infinito en un junco”, Irene Vallejo nos recuerda cómo el ser humano, desde los juncos del Nilo hasta los píxeles de las pantallas, ha buscado formas de plasmar su voz, sus pensamientos y su identidad. Las tablillas de arcilla, los pergaminos, los códices y ahora las redes digitales son los distintos cuerpos de un alma constante: la voluntad de compartir lo que somos. Ese deseo ha sido nuestro don y, quizás, nuestro milagro.
Algunos dirán que el papel tiene algo irremplazable, y no podemos negarlo. Pasar las páginas, sentir su textura, guardar un recorte … Todo eso forma parte de una experiencia que atesoramos. Pero también hay magia en el alcance y la permanencia que nos ofrece la tecnología. Yuval Noah Harari, en su análisis de nuestra evolución, explica que nuestra capacidad para adaptarnos y contar historias comunes ha sido lo que nos permitió construir civilizaciones y superar límites. Este periódico, pronto solo en versión digital, es un ejemplo de cómo seguimos contando nuestras historias, ampliando la comunidad más allá de las fronteras de este municipio, hasta los hogares de aquellos que dejaron esta tierra para buscar nuevos horizontes.
Este periódico, pronto solo en versión digital, es un ejemplo de cómo seguimos contando nuestras historias, ampliando la comunidad más allá de las fronteras de este municipio, hasta los hogares de aquellos que dejaron esta tierra para buscar nuevos horizontes.
Este paso hacia lo digital no es una despedida del papel, sino una bienvenida a nuevas posibilidades. El sitio web, las publicaciones en redes y la distribución en PDF por mensajería instantánea son el equivalente moderno de los heraldos que llevaban noticias de pueblo en pueblo, pero ahora llegan con la inmediatez de un clic. Y en un mundo que lucha por conservar su entorno, este cambio también es un acto de responsabilidad. Menos papel significa más árboles, más aire puro y más vida.
Sin embargo, no olvidamos nuestra misión. Este periódico ha sido, es y será un espacio cívico y cultural, un refugio contra el amarillismo que tanto ruido genera en estos tiempos. Queremos que sigan encontrando en sus páginas -ahora digitales- no solo las noticias de hoy, sino las raíces de quienes somos y las ideas que nos proyectan hacia el futuro. Aquí habrá siempre espacio para la crítica constructiva, porque amamos esta región y creemos en su potencial para seguir creciendo.
Otro autor que nos invita a reflexionar sobre la evolución de la humanidad, Desmond Morris, en “El mono desnudo”, nos cuenta cómo nuestras emociones, creatividad y capacidad de comunicarlas de diferentes maneras a lo largo de la historia, nos ha diferenciado como especie. Hoy, ese instinto nos lleva a abrazar esta transformación. Queremos que ustedes, lectores, nos acompañen en esta nueva etapa, porque lo que importa no es el formato, sino la conexión. Este periódico no desaparece; cambia de piel para seguir siendo lo que siempre ha sido: un faro que incansablemente vela por la defensa de la opinión distinta, el conocimiento y la reflexión; una luz que no exige ser seguida, que solo está ahí, constante y firme, para quien la necesite.
Les invitamos a continuar esta historia con nosotros, a seguir tocando sus vidas desde la cercanía que solo este medio puede ofrecer. Tal como los juncos del Nilo un día dieron paso al papel, hoy dejamos el papel para habitar el infinito digital. Lo hacemos con gratitud, con esperanza y con la certeza de que lo esencial nunca se pierde, porque siempre estará en el acto de contar, de compartir, de vivir. Gracias por ser parte de este faro y formar, desde su posición y entre todos, nuestro lente de Fresnel.



