Por: Ramiro Osorio Jaramillo
Esta comunidad con casi 50 años de desarrollo urbanístico parece que apenas estuviese empezando a formarse. Convertida desde sus inicios en polo de desarrollo, gracias al tesón y civismo de su gente, que en su mayoría por autoconstrucción logró hacerse a vivienda propia. Formando por etapas el sector urbano más grande del municipio. Creciendo y engrandeciendo a Santa Rosa de Cabal.
Hoy parece que lo conquistado con tanto esfuerzo y mancomunadamente, se diluye ante los factores adversos que le atañen después de haberlo conseguido casi todo para el bienestar de sus habitantes: vías de acceso vehiculares y peatonales, educación primaria y secundaria de calidad, centro de salud, escenarios deportivos, templo religioso, comercio dinámico, espacios públicos amplios y embellecidos, sitios de interés cultural; en síntesis una comunidad organizada, con calidad de vida, ejemplo de organización cívica como tal.
Hoy parece como si le hubiese caído la ROYA.
Vías de acceso colapsadas por factores naturales. Sin soluciones definitivas ya que los entes político – administrativos de los entes estatales hacen que se tiren la pelota de la responsabilidad unos a otros, sin que ninguno asuma las acciones concretas de soluciones e intervenciones de las infraestructuras respectivas.
El drama del colegio Veracruz, carente de sede y en suspenso porque lo poco construido y abandonado hace ya varios años, no se sabe si sirve o va para demolición. Se pierde la esperanza. La comunidad educativa no aguanta más hacinamiento. La vía de la banca del ferrocarril, incluyendo el puente sobre el río San Eugenio, sin intervención real.
El retroceso en el bienestar de la población residente de la comunidad de Santa Rosa de Cabal en general, es evidente.
Necesitamos URGENTE que las soluciones se den de una vez.
No más discursos, ni encuentros, ni reuniones, ni protestas, ni promesas incumplidas.
¡Necesitamos intervenciones reales ya!
¡Por la educación de nuestros niños!
¡Por el derecho a la movilidad! Todos unidos en una sola voz a clamar incansablemente porque…
¡LA HERMOSA es de todos!
Hagamos una calcomanía, un afiche, muchas pancartas y pasacalles. Hagamos visible el drama.
NO MÁS DILACIONES.



