Cine y medio ambiente
Por: Javier Cuayal
El cine siempre ha generado un efecto estimulante, recreativo, imaginario, entre otros tantos adjetivos, llevándonos a conocer puntos de vista de la historia, soñar mundos donde la física cuántica nos muestra recreaciones de átomos y mundos insospechados, dramas donde sentimos la desgarradora desgracia de su protagonista, comedias donde las endorfinas no nos alcanzan para sentir una alegría desmedida.
Aunque el aura romántica de asistir a un teatro o una sala de cine ya se ha perdido en los últimos años, contamos con la mayor ventaja de la era tecnológica en el actual siglo, gracias a las diferentes plataformas streaming que nos regalan lo mejor o lo peor del séptimo arte. La mirada del director y la expresión de los actores, transmiten diferentes mensajes a los espectadores motivando la sensibilización del público, así como una función informativa con relatos, opiniones y datos más accesibles o de fácil digestión, que fácilmente propicia cambios en el individuo, es decir, de carácter formativo y educativo, pues también suele ofrecer instrumentos teórico-conceptuales para comprender situaciones.
Por otro lado, cuando hablamos de ambiente o medio ambiente, debemos comprender que no solo son los elementos de la naturaleza como árboles, ríos, animales, entre otros, pues nosotros hacemos parte de ese ambiente o medio, el cual históricamente hemos transformado para nuestra subsistencia, pues como especie dominante buscamos la mejor forma de adaptación para mantenernos en el tiempo, pero esto ha generado fracturas que son difíciles de reparar y en algunas ocasiones imposibles, haciendo aparecer problemas y problemáticas ambientales.
Desde la mirada del cine, el medio ambiente ha tomado varios formatos, tal vez el más común es el documental, mostrando el activismo detrás de los propósitos de un pueblo, colectivo, grupo de personas que persiguen justicia y/o bien común; también se muestran historias actuadas basadas en la vida real que tal vez nos tocan un poco más porque nos sentimos identificados con personajes que han entregado algo a la humanidad: un derecho, un concepto, un logro en general. Siempre amparados en el concepto del desarrollo sostenible y la oportunidad a que las generaciones futuras también puedan aportar en el propósito de progresar, conservar, proteger y usar la biodiversidad de forma adecuada.
El cine ha trabajado fuertemente en hacer visibles problemas e historias que involucran al medio ambiente a todo público, con el propósito de que muchos espectadores cambien hábitos y puedan pensar en ser mejores con sus semejantes, incluyendo en este término a otras especies sintientes y vivientes que nos han facilitado la supervivencia.
Me atrevo a compartir con ustedes algunas películas que guardan belleza tanto en la fotografía como en la historia y están dirigidos a todo público:
1. La princesa Mononoke (1997) de Hayao Miyazaki: Aquí se observa el impacto que ocasiona el ser humano sobre el medio natural, invitándonos a buscar estilos de vida que se adapten a los ritmos de la naturaleza para vivir en armonía.
2. Erin Brockovich (2000) de Steven Soderbergh: Una historia basada en la realidad, donde una mujer aguerrida y muy empoderada con su comunidad, consigue ganarle el proceso judicial a la empresa Pacific Gas and Electric Company, demostrando los daños a causa de la contaminación del agua en Hinkley (California).
3. El Lorax (2012): El propósito de un chico de 12 años que gracias a su capacidad de asombro, lleva a cambiar la perspectiva de los habitantes de su ciudad tan artificial, para volver a la belleza de la naturaleza y la recuperación de sus ecosistemas.
4. AVATAR (2009 – 2022): Cuenta una historia fantástica pero con tintes políticos y conflictivos muy actuales, donde la invasión de pueblos por el aprovisionamiento de recursos mineros y naturales, amenazan a una cultura milenaria.
5. El abrazo de la Serpiente (2015): Cuenta una historia épica inspirada en los diarios de los exploradores de la Amazonía Colombiana, Theodor Koch-Grunberg y Richard Evan Schultes, en su primer contacto con culturas indígenas de nuestro país.
6. Aguas oscuras (Dark waters) (2019): Este es un suspenso basado en una historia de Robert Bilott contra la corporación química DuPont, difundida por el artículo del The New York Times de 2016 “El abogado que se convirtió en la peor pesadilla de DuPont”.



