Social

ALBERTO ZULUAGA TRUJILLO

CAFETERO, DIRIGENTE POLÍTICO Y ANTE TODO PADRE

Ante la inmediatez y la superficialidad que ejercen las nuevas tecnologías de la información en estos tiempos de vanas pretensiones, de conquistar el poder y la gloria, el aplauso desmedido y la adulación, nada más oportuno que rescatar la historia de los pueblos haciendo visible la gesta cívica de los verdaderos artífices de su desarrollo. Para el caso específico de Santa Rosa de Cabal no son pocos los hombres que han dejado su huella plasmada en hechos, acciones y en ejecutorias concretas, las mismas que hoy disfrutamos e incluso exhibimos con orgullo.

En esta ocasión periódico EL FARO se ocupa de la vida y obra del gran dirigente y patriarca conservador don Alberto Zuluaga Trujillo.

El Ronco, como se le conoce en el ámbito político de Risaralda y en especial de su tierra natal, nuestra siempre amada Santa Rosa de Cabal, es un hombre que de forma natural y espontánea sabe brillar. Su presencia y elegancia van acorde con su estatura moral. El tono grave y fuerte de su inconfundible voz a su vez es coherente con su fortaleza de carácter y la defensa irrestricta de sus postulados y sus convicciones, los cuales sabe expresar ya como gran orador, ya como articulista de opinión, pues el Ronco no carga agua en la boca para expresar sus conceptos, ante todo sobre la cosa política; su escencia; así como en la parte académica; gracias a su formación de auto didacta y asidor de la praxis; factores que  le han dado el conocimiento suficiente para, de forma holística y con la transversalidad necesaria, escribir sus ensayos y columnas de opinión con la pulcritud del maestro experto en literatura. Sabe entonces, con propiedad, sugerir, criticar, vaticinar, marcar rumbos, sentar posiciones y en determinados casos, aceptar sus equivocaciones, pero jamás traga entero.

En su extenso currículum encontramos que don Alberto Zuluaga ha sido tal vez el ciudadano santarrosano que más veces ha ejercido como alcalde del municipio de las araucarias. Entre los años 1970 y 1978, cuatro veces. Cabe destacar que su primer nombramiento para dirigir los destinos del municipio lo recibió a sus 25 años, por decreto del entonces gobernador Gilberto Castaño Robledo, en plena luna de miel disfrutando de San Andrés con su distinguidísima esposa doña Sonia Montoya Márquez con quien contrajo nupcias el 12 de enero de ese recordado 1970. Bastaron 20 días para que, fiel a sus principios, renunciara al cargo ya que el Secretario de Gobierno Departamental Reinaldo Rivera quien le exigió categóricamente obedecerle al líder conservador Guillermo Rivera Millán. La explicación que le dio al gobernador fue: “Renuncio por no poder”, por no poder darle gusto al Dr Reinaldo, argumentó Zuluaga. Eran los tiempos de la jefatura de Jaime Salazar Robledo.

“Luego de esto, a instancias del Dr. Emiliano Isaza Henao, Enrique Ocampo Restrepo, Luis Eduardo Ochoa Restrepo y Jaime Escobar Vallejo, comprometo a los doctores Jaime Isaza Sánchez y José Ramón Ortega para fundar el movimiento, Unificación Conservadora, estrenándonos en la primera lista al Concejo de Santa Rosa y la Asamblea de Risaralda en el año 1972, la cual tuve el honor de encabezar y por supuesto, salir electo. Allí estuve como diputado dos años, correspondiéndome enfrentar la creación del municipio de Dosquebradas, en unas acaloradas sesiones en dónde el único diputado solidarizado con mi posición fue el después Alcalde de Pereira y Cónsul en Cuba (No había Embajada) el Dr. Gustavo Orozco Restrepo. Fueron días de arduos debates, en el que nos turnábamos la palabra el diputado Orozco y yo, pues era una consigna liberal, orquestada y dirigida por Camilo Mejía Duque, cacique liberal de Risaralda, quien buscaba denodadamente, con la cercenación del territorio santarrosano, crear un municipio netamente liberal. La sede de la Asamblea era una casa vieja en la esquina de la calle 19 con carrera 6, dónde antes funcionaba el Colegio de las Franciscanas, hoy, Centro “Alcides Arévalo”. En ese entonces, año 72, Santa Rosa contaba con cinco diputados a la Asamblea. Guillermo Rivera Millán, el médico Carlos E. Restrepo y mi persona, por la cabecera, y por el Corregimiento, Bernardo López Pérez y Luis Ángel Arcila.  De cinco, cuatro estaban a favor, incluyendo a Guillermo Rivera. Yo fui el único defensor de la unidad territorial de Santa Rosa. Mucho tiempo después, Bernardo López Pérez, jefe camilista de Dosquebradas, en un amplio reportaje en el periódico La Tarde, hacía memoria de esa heroica jornada, afirmando cínicamente que a los diputados santarrosanos los habían comprado, a excepción del diputado Alberto Zuluaga Trujillo, a quien de sobra conocían por su verticalidad y honesta posición. Dicha confesión, de parte del principal jefe de la campaña separatista en Dosquebradas, la denuncié, sin que nada absolutamente pasara

UNIFICACION CONSERVADORA

En su segunda Alcaldía siendo gobernador Hernando Uribe Angel, crea la oficina de Valorización y Planeación del municipio. Con este rubro inició la pavimentación de los barrios Ozanan y Bolívar. Azuzada por la oposición, la comunidad de sublevó rechazando dichos cobros, lo que llevo a desmanes, toque de queda y militarización de la ciudad.

“Como hecho anecdótico de importancia, debí sufrir las manifestaciones en mi propia casa, pues el segundo de mis hijos, que apenas empezaba a hablar, (Andrés Felipe) me esperaba en el balcón con una pancarta que ponía a la mamá que le hiciera (Un cartón pegado a un palo de escoba) empezaba la perorata a media lengua “El pueblo unido jamás será vencido, abajo el alcalde”. Era lo que el oía y veía en las manifestaciones. Dicho esto, voz en cuello, a media lengua, era el hazme reír de la gente. Y así duró por mucho tiempo, mucho después de normalizarse la situación”  

EL PALACIO MUNICIPAL

Durante mucho tiempo en una casa esquinera, vieja, al frente del Cuartel de Bomberos, hoy parqueadero, propiedad en ese entonces de la Parroquia de Las Victorias, y presumo que todavía, funcionaba la Alcaldía con todas sus dependencias y juzgados, ante la desaparición de la hermosa Casa Consistorial, que así se llamaban las dependencias municipales, sede del poder Ejecutivo y Concejo Municipal, o Ayuntamiento, la cual fue consumida por un voraz incendio, exactamente donde estuvo Telecom. Me propuse entonces construir el Palacio Municipal, logrando del Concejo la aprobación del mismo en el sitio que hoy ocupa, lote donde funcionó un kínder regentado por las hermanas de La Providencia, y en el que yo estudié. Buscando un frente mayor sobre la plaza de Bolívar, negocié la casa contigua a ese lote, propiedad y residencia de Pepe Echeverri. Recuerdo que lo llamé, era mi amigo, desde luego mucho mayor, y miembro del directorio y le dije: “Pepe, cuánto vale tu casa”, a lo que me respondió, no la vendo. Le dije, pídeme porque la necesito o si no te la expropio… abrí la licitación de los pliegos y bajo mi administración la adjudiqué, y en tantos ires y venires, le correspondió al Dr. Gabriel Patiño Londoño el inicio de las obras, siendo en otra administración mía, que lo inauguramos con el Presidente Alfonso López Michelsen. Cuando no estaba de Alcalde, fungía como Concejal, liderando las mayorías en el Cabildo. Durante 20 años estuve de concejal, recordando que era un cargo ad honoren, valga decir sin remuneración alguna y, además, por ser antes de la Constitución del 91, se podía ser Concejal y al mismo tiempo Diputado, o Congresista. Igualmente fui Alcalde, en dos ocasiones, nombrado por el padre del Departamento, como así se le conocía, Don Gonzalo Vallejo Restrepo.”

Inauguración del Palacio Municipal, con la presencia del señor presidente Dr. Alfonso López Michelsen.   Al lado, don Gonzalo Vallejo, gobernador y al otro, mi persona como alcalde.

LA DISIDENCIA

Como un hecho que pone de relieve la indiscutible jefatura y liderazgo por mi ejercida en Unificación Conservadora en Santa Rosa, en las elecciones del año 86, un grupo de personas importantes protocolizan una disidencia de Unificación, comandada por el exgobernador José Ramón Ortega y los exalcaldes, Jaime Cadavid Hernández y Germán Buitrago Montes, hoy residenciado en Medellín. El resultado electoral para el Concejo Municipal fue: José Ramón Ortega y sus amigos, 905 votos. Alberto Zuluaga 6.583 votos”

En 1978 llegó por primera vez al Congreso de la República como Representante a la Cámara, completando tres periodos hasta 1990 cuando no alcanzó curul.

UNISARC:                                                                     

Como representante a la cámara y en pos del sueño de Hernando Garzón Arroyave, Benjamín Duque y Omar Echeverry y junto al comité de cafeteros realiza toda la gestión ante el alto gobierno y consigue la resolución que la da vida a la Corporación Universitaria de Santa Rosa de Cabal por parte del Ministerio de Educación Nacional, constituyéndose don Alberto Zuluaga Trujillo como adalid de este proyecto educativo que hoy llega a sus 40 años de existencia. Reconociendo su gesta como fundador UNISARC lo distinguió con la condecoración EL VUELO DE LOS GANZOS en acto protocolario el pasado 3 de mayo de 2022 con motivo del 4° decenio de este Alma Mater.

Retirado de la actividad política en 1990, fija su residencia en Pereira para atender la delicada enfermedad de su esposa doña Sonia, quien fallece tres años después el 8 de septiembre de 1993. De esta unión, viudo a los 48, le quedaron sus hijos Alejandro, Andrés Felipe y Luisa Fernanda de 22, 20 y 15 años en ese momento.

Don Alberto Zuluaga el hombre que le cambió la cara a la Administración Municipal de Santa Rosa de Cabal con sus realizaciones y su capacidad de liderazgo, nació en esta Villa de Don Fermín el 15 de mayo de 1945. Cursó su primaria en el colegio de Jesús regentado por los Hermanos Maristas. Perdió a su padre el 10 de agosto de 1958 asesinado en esta ciudad y con tan solo 13 años de edad asumió la responsabilidad de continuar su preparación académica terminando el bachillerato en Pereira y dedicándose al manejo de las tierras de café dejadas por su progenitor. Al día de hoy aun continúa viviendo en Pereira, dedicado a leer y a escribir para varios medios impresos y virtuales entre ellos EL FARO. Disfruta de su familia, de las tertulias y el café con amigos.

HERENCIA ANCESTRAL:

“Como anécdota, mi bisabuelo materno, Martiniano Trujillo Villegas, fue Alcalde de Santa Rosa, por los años 1900. Hombre fornido y alto, con una larga barba blanca quien, según la historia, personalmente cogía a los delincuentes por la cintura y alzándolos, los llevaba hasta meterlos tras las rejas”.  

Periódico EL FARO se enorgullece de contar hoy con su pluma sabia y beligerante. Agradece infinitamente a don Alberto Zuluaga Trujillo su especial deferencia y en nombre de la ciudadanía santarrosana le rinde este homenaje de gratitud augurándole larga y prolífera existencia. ¡en vida, amigo, en vida!

Una de mis posesiones como Alcalde, en la casona frente a Bomberos. En la gráfica, Alberto Zuluaga el primero de la izquierda de gafas sentado. En la foto se observan, el Dr. Jaime Isaza, de pie, junto a la ventana, don Arturo Duque Serna, don Jaime Cadavid, el Dr. José Cardona León y el Dr. José Ramón Ortega.

Articulos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compruebe también
Close
Back to top button