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COLOMBIANOS EN EL MUNDO

ALBA DILIA OROZCO

Filantropía para la Estabilidad Emocional y Financiera

Mientras caminamos por el jardín del Edén, encontramos joyas preciosas, de tan alto valor que es difícil merecerlas, pero ellas mismas se acercan con cautela para ensalzar y adornar nuestra existencia.  Aldi, como algunos la nombran, llega hoy a visitar a sus padres y hermanos, dejando en su camino estelas de empoderamiento, acción, crecimiento personal y amor por el “próximo”. Animados por la actividad altruista de esta hija adoptiva de Santa Rosa de Cabal, compartimos algunos de sus pasajes vividos.

Alba, la mayor de 10 hermanos, recuerda a sus abuelos mayoristas en la galería de Aguadas – Caldas, trabajadores incansables. Proveniente de un matriarcado donde la voz de su abuela era sentencia. A los ocho años llegó a Santa Rosa de Cabal con sus padres y cuatro hermanos más pequeños; educados, prósperos y tranquilos mientras vivieron en Aguadas. El cambio repentino de municipio; pasar de vivir en una casa amplia a espacios pequeños; mientras su papá iba construyendo la casa que ahora mismo se encuentra en el sector de la Estación; fue impactante o talvez traumático para todos. Su padre, en esta nueva tierra, trabajaba toda la semana en fincas. Los domingos religiosamente los llevaba a misa y luego de visita.

Alba realizó su primaria en la Escuela Ospina Pérez y su bachillerato en el Colegio Labouré, destacándose como una líder natural; participó en cuanto comité estuviera activo; de ornato, Cruz Roja, artes, entre otros. Quería estudiar bioquímica, pero por falta de recursos, su tía le recomendó inscribirse en la escuela de enfermería que era algo más accesible y que también le llamaba la atención. Al terminar sus estudios, tuvo la oportunidad de trabajar en el hospital de Armenia donde laboró durante varios años. Allí se comprometió y fue madre. La vida tomó otro rumbo, viajó a España, reinventando su oficio, procurando su economía de otra manera, aprendiendo de otra cultura y adaptándose a otras ofertas laborales como: bordado, charcutería, corte de pollo y desarrollando su liderazgo como promotora de ventas.

De vuelta a Colombia trabajó como taxista en Santa Rosa de Cabal, hasta recibir una oferta para trabajar en Holanda con las mismas redes de mercadeo que trabajó anteriormente en España.  Allí lleva 10 años formando líderes de mercadeo y recorre el mundo realizando talleres de crecimiento personal “Formación de alto impacto”.

Emprendió con una estética llamada Silky Hans, qué significa manos suaves, donde realiza masajes y procedimientos estéticos.

Es investigadora holística del trastorno bipolar, nutrición, psicología, pediatría. Ha estudiado toda la vida, sobre todo para no dar información inadecuada o errada. Le importa la confianza de la gente. Como escritora, considera que es algo que le fluye naturalmente, porque le apasiona. Comenzó sintiendo la necesidad de informar a la gente sobre la educación de los infantes.

Su primer libro “Infancia saludable, sociedad sana”, contada a partir de historias de reflexión y que más tarde fue reestructurada y nuevamente editada con el nombre de “Educación consciente en el entorno del niño”. Para lograr obtener una sociedad sana hay que empezar por la infancia…

En su libro “Ana María sí, pero no”, cuenta la historia de su hija a partir del trastorno bipolar, aplicando a experiencias personales todos los procesos y el detonante de esta disfunción mental. Allí nombra los casos de algunos “genios o locos geniales” conocidos por sus habilidades que los hizo famosos en el mundo. Considerados mentes brillantes o desequilibrados mentales.

Hablando de los talleres de educación consciente. Propósito de vida  “Tu talento será tu sustento” se dio a raíz de empezar el camino del crecimiento personal a partir del conocimiento de los casos de Bullying, abuso sexual infantil, otros maltratos y a falta de educación financiera.

Hace ocho años se dedica a estos talleres con tutores, educadores y padres. Los ha dirigido en diferentes lugares de Europa como España y Holanda,  México y ahora en Colombia.

Hace parte de la Casa Migrante de Ámsterdam creada por el “padre Teo” para hispanohablantes. Es un sistema de voluntariado donde ayudan a traducir documentos como cartas para el gobierno, leen correos de diferentes entidades, conversan y ofrecen un lugar cálido, emocionalmente más cercano a sus raíces latinas.  Alba ha sido voluntaria en la biblioteca de esta casa, que posee alrededor de 5000 libros en español, donde realizan eventos de poesía, presentación de libros, galerías de arte de diferentes expresiones, bazares. También hay grupo de apoyo a mujeres. Sala de visitas para jugar, tomar café, ofrecer un chocolate, además de practicar algunas terapias, dinámicas celebración de San Valentín y clases de inglés.

La experiencia no se improvisa y el resultado de tantas vivencias debe servir para desarrollar el propósito que cada persona tiene en la tierra, ayudar a superar traumas, solucionar problemas, asumir condiciones y sanar enfermedades o heridas del alma. Contagiar de amor y de verdad por medio de nuestras fortalezas.

Gracias a Alba Dilia Orozco por su excelsa actividad filantrópica en el mundo. 

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