Cultura

HOMENAJE A SANTA ROSA DE CABAL EN SUS 178 AÑOS

13 de octubre de 1844 – 13 de octubre de 2022

Por: Héctor José López Quintero

Como hijo adoptivo de Santa Rosa de Cabal desde mi primer año de vida, he querido plasmar un escrito en homenaje a sus riquezas naturales y culturales. Valiéndome de los hermosos versos de su himno, los he insertado aleatoriamente para describir de manera poética nuestra querida y amada ciudad.

Texto que se adorna con las creativas y bellas imágenes del maestro Rigo Noreña, que con su lente plasma la magia y hechizo de la cotidianidad, del Paisaje Cultural Cafetero y de la riqueza natural de la localidad.

MÁGICA Y HECHICERA COMO LA MÁS BELLA MUJER

Surge de la magia y los sueños de la colonización antioqueña, quienes encontraron en su topografía y clima, las características perfectas para fundar la Villa de don Fermín; se encuentra “reclinada con mágico hechizo en las faldas del ande antioqueño” germinando vida y fraguando cultura, trabajo y amor.

Esparciendo el aroma de sus verdes campos, erigiendo las araucarias como símbolo de su señorío y grandeza, siempre con la frente muy en alto cumpliendo su cabal misión “Por la senda marchad, Santa Rosa, del progreso, ceñida de luz”, progreso que enarbola el don hacendoso e ingenioso de su gente.

Santa Rosa de Cabal, huele a café, a chorizo, a baños termales; convirtiéndose en el crisol del turismo, donde se funden sueños, trabajo, innovación, creatividad, arte y cultura; atrayendo a propios y extraños por la diversidad de sus encantos, lo que nos permite tararear con entusiasmo… “y las horas les muestro en que puedan, pronunciar con orgullo mi nombre y mi fama a los pueblos asombre y coronen con lauro mi sien”.

La ciudad de las araucarias, simboliza a la mujer que fecunda vida materializada en sus pobladores y en sus riquezas naturales, simboliza, además, a la mujer protectora y es por eso que ella a los cuatro vientos canta sin cesar “A mis hijos las sendas enseño que a la gloria conducen y al bien”, las sendas del conocimiento, del arte, de los valores y la religiosidad.

Santa Rosa de Cabal, nos habla desde la blancura de sus nevados, el verde de sus montañas, el cristalino de sus ríos, la frondosidad de sus árboles, la trasparencia de sus lagunas y con el canto de las aves, que evocan las voces del pasado, irrumpe en las mentes de niños y jóvenes con el fin de enseñarles que nuestros orígenes son el fruto del sudor de nuestros abuelos y “del progreso cristiano que ostenta como emblemas el hacha y la cruz”.

Nuestra tierra es un canto al orgullo, creando sus mejores melodías en la lluvia que cae sin cesar. Cada mañana se escucha cantar a la señorial y hermosa Cabal, entonando versos de admiración y asombro por su belleza natural… “En sublime y estático arrobo me contemplan con faz placentera las montañas de blancas cimeras y se gozan al verme feliz”, felicidad que se refleja en la formación de arreboles que iluminan el ocaso de un indescriptible atardecer.

“En hermosas mañanas he visto, cuando el monte sus campos irisa, saludarme con blanca sonrisa y amorosas miradas El Ruiz”, miradas que se tatúan en el alma, en el corazón y en la mente. Al iniciar un nuevo día, la leve y fría lluvia, adornada por un hermoso arco iris y de fondo las verdes montañas custodiadas por el nevado en su máximo esplendor, hacen de nuestro territorio un lugar mágico, hechicero y encantador.

Poetas, escritores, fotógrafos, pintores, escultores, cantantes, bailarines y periodistas; que, con su arte, esculpen día a día la historia de nuestra mágica y hechicera mujer, cumpliendo con su vocación y la ineludible misión: “Id valientes en pos de la meta, que os señala del siglo el progreso, conservando en las almas impreso este rayo de célica luz”, harán de esta localidad, una gran urbe digna de admirar.

“Un gran pueblo es aquel que enarbola, en un brazo filosa herramienta y en el otro, cual áncora, ostenta el sagrado pendón de la cruz” en unión con el lápiz, el pincel, el cincel, las letras, la música y las cámaras fotográficas; como únicas armas para hacer florecer la paz, la tranquilidad y la cultura; que por años nos ha caracterizado y nos ha llevado a la cúspide del arte y el saber.

Fotografías: Rigo Noreña

Rescatando nuestra historia y conservando nuestra cultura, podemos gritar por siempre: ¡Somos libres!, libertad que quedará impresa con el color verde de nuestros campos en la blancura de nuestra integridad, riqueza y cabalidad

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