Por: Germán López Velásquez
Hacía muchos años no asistía a encuentros de escritores. Estuve en tantos eventos literarios que me cansé. Al final sentía una repetición. Esta vez fue diferente. El solo nombre de Hugo me motivó. Fue mi amigo personal. Mucho compartimos. Hablé con él la última vez el día anterior a su muerte. Lo visité en su apartamento de Invico, allá en la calle 14 de Pereira. Estaba pleno. Locuaz como siempre. Hugo era un conversador insuperable. Ameno, informado, seguro de sus conocimientos, demasiado amable. Ese día me regaló un ejemplar de su libro sobre el tango y una revista dedicada al poeta cubano Nicolás Guillén. De forma premonitoria me llenó de consejos sobre la vida y la escritura. Fue su despedida. A las horas siguientes vino la noticia. Hugo levaba anclas para jamás volver. Cogió altamar. Viró hacia el crepúsculo sorprendido por los arreboles. Se internó en los colores estremecedores de la tarde. Se perdió en los resplandores silentes. Sencillamente se fue.
Ese encuentro debe repetirse cada año para rendirle memoria a Hugo. Lo merece como tantos intelectuales y creadores de la región que irradiaron su vigor fuera de las fronteras. Hugo tuvo grandeza. Le dio nombre a la Mariposa Verde. De manera que muy acertado el Gobernador Víctor Manuel Tamayo y, por supuesto, su Directora de Cultura, Eliana Carmona. El encuentro de los escritores de Risaralda tiene en Hugo Ángel Jaramillo, un verdadero faro que no debe apagarse. Cada año debe convocarse. Cada año debe celebrarse como una fiesta de la cultura y la inteligencia. No debemos olvidarlo.
Sin duda alguna la coordinación general del poeta y narrador José Licelder Cardona, fue fundamental para su éxito. Cardona es un activista cultural de muchos méritos. Miembro activo de organizaciones escriturales, tallerista de arte poética, estudioso de la historia y autor de varios libros. La verdad desde el momento en que llegué al puerto de la Virginia, sentí la alegría de la palabra, de la comunión artística, de la camaradería propia de los humanistas. Además porque el encuentro se cumplió en el histórico colegio Bernardo Arias Trujillo. Arias Trujillo refulge como una de las mentes más brillantes del territorio caldense y de Colombia. Cruzó los límites. América Latina supo de su existencia. Sus libros, su pensamiento, sus agudas polémicas de todo orden, enardecieron una época donde los reaccionarios y ultraderechistas abundaban como racimos de bobos. Arias Trujillo fue un valiente. Un hombre superior. Por los Caminos de Sodoma, Canción a Roby Nelson, En Carne Viva y Diccionario de Emociones, fueron entre otros escritos, la expresión de una mentalidad gigante, subversiva y controversial, nacida en los estertores de la guerra de los mil días. Arias Trujillo no dejó títere con cabeza. Derrumbó a cíclopes de su época que no eran más que leves vientos. De alguna manera el encuentro también le rindió homenaje. El autor de Risaralda y de tantos libros, retrató como nadie nuestro origen, nuestro pasado y, de alguna forma, nuestro futuro. El puerto de La Virginia tiene muchas connotaciones. Podría afirmarse que ese territorio es la verdadera Risaralda. Ese aspecto me pareció sustancial. Pienso que sus organizadores acertaron realizando el encuentro en ese municipio. La Virginia para un encuentro departamental de escritores de Risaralda es un sitio perfecto desde lo histórico. Sin duda fue un verdadero rescate. Ahí en ese Cauca, en ese río Risaralda, donde habitó la Canchelo y la reciedumbre, surgió Sopinga. Ahí se eternizó el Valle de Risaralda con todas sus alegrías y desgarramientos.
Excelente esa descentralización cultural. Acertada. Ojalá próximos encuentros sean en Pueblo Rico y Santa Cecilia, en Quinchía y Santa Rosa. Eso enriquece todo el territorio de Risaralda, visibiliza nuestros valores, incluye a los creadores, acaba el concepto de periferia cultural que tanto gusta a ciertos limitados mentales que solo ven en la capital la tierra prometida. Olvidan que la descentralización es una política que en Colombia se viene implementando desde la administración de Carlos Lleras Restrepo y que además, es punta de lanza administrativa del actual gobierno del Presidente Gustavo Petro. Felicito de verdad a los organizadores del reciente encuentro de escritores, celebrado en la Virginia, con la presencia de los creadores, de los artistas, músicos y escritores, de cada uno de nuestros municipios. Mucho agradezco el haber sido invitado a compartir algunas ideas sobre el Tuerto López, el gran cartagenero de los zapatos viejos, que no fue tuerto sino bizojo.
*Abogado, escritor y crítico literario.
Escritores asistentes al Encuentro departamental de escritores Hugo Ángel Jaramillo:
Gloria Socorro Valencia, Alan González, Amelia Restrepo Hincapié, José Bernardo Arcila, Adíela Ríos Giraldo, Rosa Adela Narváez Uva, Jorge Eliecer Calle Naranjo, Julián Chica Cardona, Ninfa Marín Escudero, Santiago Bohórquez Betancurt, Oscar Iván Gómez, Carlos Hoyos, Jaiber Guapacha Ladino, Leonardo Antonio Londoño, Jesús Castillo, Germán López Velásquez, Neimar Vargas s, María Elena Torres C, Gersaín Restrepo, Luis Alfonso Toro Echeverri, Francisco Javier López Naranjo, Jaime Vásquez Raigoza, Ana María Muñoz Velásquez.
