Opinión

Hombre Alado

Por: Lida María Galeano Sierra

Murciélagos, aves, insectos, aeronaves, historia griega de Ícaro. Todos estos y muchos más poseen un atributo especial que permite despegarse del suelo alcanzando las alturas.

Leonardo Da Vinci tenía una obsesión por las aves. Esto se puede apreciar en varias de sus creaciones, como sus ornitópteros; una serie demáquinas voladoras que ideó para el transporte de varias personas. Partiendo de este ejemplo, podemos percibir que el ser humano se fundamenta en la imitación de la naturaleza para ir más allá de lo que aparentemente es posible. Sin hablar de la experiencia de los pilotos y las azafatas que literalmente pasan su vida realizando vuelos. Invocaremos esos otros revoloteos, entre los cuales no existe la literalidad. Solo la intención, imaginación, creatividad y la decisión sin predecir el rumbo o la garantía del aterrizaje.

En las nubes puede estar el despistado, también el abstraído de la realidad o desquiciado. Algunos deciden hacer un viaje inducido por ciertas hiervas o productos químicos. Otros viajan a través del tiempo y el espacio investigando causas y consecuencias de algún fenómeno específico, con las alas del conocimiento. Algunos vuelan con el pensamiento, pariendo ideas descomunales con tal condición que a la hora del descenso no saben si van directo a la destrucción o al rotundo éxito.

 Hay gente que con sus poderosas alas bordean la oscuridad de aquellas almas perdidas, encontrando en ellas un punto de luz que las incite a cambiar su orientación, ubicando sus radares e instrumentos de vuelo que los devolverá a la ruta establecida inicialmente.

Los vuelos sin brújula para evadir responsabilidades, para vivir el momento, esos llenos de lujuria, de vicios y banalidad cuyos pasajeros son hedonistas sin Dios y sin ley, aseguran un boleto, pero no un aterrizaje. Los acompaña en su recorrido las precipitaciones, vientos huracanados, condiciones climatológicas inciertas.

Utilizar las alas para huir de lo que no conviene es un acto audaz, heroico, sabio. Las águilas desarrollan un vuelo majestuoso y una visión tan aguda que difícilmente pierden su presa. Cuando se sienten atacados por los cuervos, se elevan tan alto que su acosador no soporta la presión y la falta de oxígeno. Cuando envejecen se toman el tiempo de arrancarse sus plumas, pico y garras para volver a volar con la misma soltura de sus años juveniles.   

Hemos sido dotados de la misma agilidad del colibrí para buscar el néctar que alimentará tanto el cuerpo como el intelecto; todo depende de la agilidad para batir las alas, porque de otro modo se enrobusteserá el cuerpo, las alas serán como las de las gallinas de corto vuelo y no iremos más allá de nuestro corral. Los ángeles y los demonios también tienen alas, solo que los vuelos tienen diferente destino, cada quien elige su modalidad.  

Para ir más allá de los demás, para abrirse paso en la sociedad no podemos tener miedo a pilotear, sin olvidar que volar con altivez nos derretirá las alas como a Ícaro.

Encontramos mensajes alados en muchas obras pictográficas, musicales, esculturas… Sobrepasar las expectativas y descubrir el mensaje intrínseco de la obra es nuestra tarea. Si tiene un claro ejemplo de esto, escriba diciendo qué significado tiene, por ejemplo, el mural del maestro Leonel Ortiz que se encuentra en la Clínica Santa Clara.

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