Por: Lida María Galeano Sierra
En el camino hacia una vida de abundancia, es crucial reconocer la necesidad de cambiar nuestra percepción sobre el dinero y lo que realmente merecemos. A menudo, nos encontramos atrapados en patrones de pensamiento que nos limitan, creyendo que la prosperidad es algo reservado para unos pocos privilegiados. Sin embargo, la verdad es que el dinero puede ser una herramienta poderosa para mejorar nuestras vidas y las de los demás, si aprendemos a utilizarlo con sabiduría y generosidad.
El poder de la lengua es una enseñanza antigua que nos recuerda que nuestras palabras tienen un impacto profundo en nuestra realidad. En Proverbios 18:21 se nos dice que “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto”. Esto significa que nuestras palabras no solo reflejan nuestras creencias, sino que también tienen el poder de dar forma a nuestra experiencia. Por lo tanto, es crucial que nuestras declaraciones estén alineadas con la mentalidad de abundancia que deseamos cultivar, evitando las palabras de escasez y enfocándonos en afirmaciones positivas y constructivas.
El ahorro inteligente, la inversión y el gasto con inteligencia son prácticas fundamentales en el camino hacia la prosperidad financiera. El ahorro nos brinda seguridad y estabilidad, mientras que la inversión nos permite hacer crecer nuestros recursos de manera constante. Es importante gastar con conciencia, distinguiendo entre nuestras necesidades reales y nuestros deseos impulsivos, y tomando decisiones financieras basadas en nuestros objetivos a largo plazo.
El consumo responsable también juega un papel clave en nuestra búsqueda de abundancia. En lugar de caer en la trampa del consumismo desenfrenado, debemos cultivar una mentalidad de gratitud y aprecio por lo que ya tenemos, y ser conscientes del impacto que nuestras decisiones de consumo tienen en el medio ambiente y en la sociedad en general.
Si nuestros pies hablaran, nos recordarían la importancia de dar pasos firmes hacia nuestros objetivos, manteniendo el rumbo, incluso en medio de los desafíos y las adversidades. Nos animarían a caminar con confianza y determinación, sabiendo que cada paso nos acerca un poco más a la vida de abundancia que deseamos. Finalmente, una mujer segura de sí misma se viste de fuerza y dignidad. Esto significa que la verdadera riqueza no se encuentra solo en nuestras posesiones materiales, sino en nuestra fortaleza interior y en nuestra capacidad para ser auténticas y fieles a nosotras mismas. Como dijo Coco Chanel, “Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera”. En última instancia, la verdadera abundancia viene de vivir una vida que esté en armonía con nuestros valores y nuestras pasiones, y tener el coraje de perseguir nuestros sueños con determinación y valentía.
